lunes, 9 de febrero de 2009

tan solo una historia diferente..

entre el frío, la luna, el viento y la lluvia, el tiempo intenta ser el aliado de una mente dispersa que hace lo posible por bloquear la oscuridad que encuentra en un camino de terracería cerca de las doce de la noche; mientras la hora satelital marca las 17:08 horas del día y los duendes de la fantasía juegan a cambiar los colores de un día medio claro o medio gris (r, 2009), agregándo diamantina a la lluvia y colocándo listones de colores en el viento.

despedida en la oficina de manera habitual con muestras de cariño, o al menos respeto entre compañeros.

manejar bajo la lluvia en otras ocasiones ha sido tan relajante como una taza de chocolate mientras admiras pequeñas gotas de cielo recorrer la ventana; pero esta vez el trayecto sería solo el pensamiento de un sueño que apenas logra acariciarse yendo a la par con la brisa que se difuminaba entre cuartos encendidos y luces preventivas..

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el cuento mágico comenzó en el momento en que un caballero de armadura rota se asomó por la ventana de la guarida de la hechicera pidiendo una varita mágica para reparar su sueño. pero las manos de aquella joven esta vez no tendrían la capacidad de darle lo que buscaba, y la idea de esperar un minuto para conseguir polvos mágicos no fue suficiente para el caballero, decidiendo solo desaparecer entre la bruma que se dispersaba por el bosque.

sin embargo, no había mentira. la hechicera salió con un frasco de polvos especiales buscándo a aquel hombre que su ayuda solicitaba, pero solo logró encontrar su propia sombra a la orilla del río que corría junto a su refugio.

de pronto, a lo lejos, vió la silueta de un anciano de armadura oxidada halando su viejo amigo, un corcel negro. se acercó a él y le ofreció el frasco para reconstruír, al menos, una ilusión en ese instante. fue entónces que aquel noble sonrió y así iluminó la tarde marchita de la joven hechicera..

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pensar constantemente en los problemas que rodean un mundo cotidiano muchas veces confunde nuestras ideas y nos evita el creer que Alguien camina entre nosotros.

pero en momentos como éste; minutos en que sientes la honestidad de un agradecimiento, la pureza una mirada, la mágia de una sonrisa; es cuando recuerdas cuántas veces Sus ángeles te han pedido la hora del día, han sonreido a tu caminar, o simplemente te han dado una palabra de aliento sin que la esperaras..

y así, un anciano que solo trabajaba en el estacionamiento de un centro comercial pudo verte tan especial como si vistieras de blanco y tuvieras un par de alas guardadas en el asiento trasero, al darle un poco de amor envuelto en una bolsa de papel..

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